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27 may 2011

Un bonita historia sobre Shiatsu



En Oriente es muy conocida la historia de una joven  que visitó la consulta de un fitoterapeuta (experto en tratamientos con plantas medicinales) para pedirle una pócima  venenosa con la que acabar con la vida de su suegra, pues ésta se portaba mal con ella y la trataba de forma injusta y cruel.
El fitoterapeuta le dio un  líquido para se la aplicase a su suegra mientras le daba Shiatsu. Según el fitoterapeuta debería aplicar la poción durante tres meses y siempre acompañada de Shiatsu para que surtiera mejor efecto el veneno penetrando poco a poco en el cuerpo de su suegra, además si lo hacía así era más fácil que se pensara que el fallecimiento era por causa natural y nadie la culparía.
La joven siguió al pie de la letra la receta del terapeuta y cada noche le aplicaba a su suegra Shiatsu sin olvidarse de hacerlo con la pócima; pero transcurridos dos meses y medio del inicio del tratamiento, empezó a arrepentirse de la decisión que había tomado. No quería ya que su suegra muriese, con la aplicación diaria de Shiatsu comenzó a entenderla mejor, a conocer sus reacciones, a hablar con ella y comprender su forma de ser. Y la suegra empezó a darle muestras de cariño y afecto, sentimiento que posiblemente había provocado el Shiatsu que recibía diariamente. Un día tomó la decisión de volver al fitoterapeuta y pedirle que le diera un antídoto para la pócima que meses atrás le había elaborado.
Entonces el sabio fitoterapeuta le dijo que la pócima que él preparó no era, en absoluto, venenosa, sino simple agua destilada de una flor cuya única acción era la de perfumar el cuerpo.



La verdad es que el roce hace el cariño, y la empatía
hace todo lo demás,¿no pensáis lo mismo?

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