Al leer este bello cuento de Jorge Bucay he sentido que en algún momento de mi vida me ocurrió como al elefante,
pero en nuestras manos esta modificar y corregir, aunque no siempre sea fácil
romper y modificar viejos registros
en nuestra mente...
Lo que mas le gustaba del circo lo que mas los animales y entre todos ellos había uno especial, el elefante.
Un día preguntó por el misterio del elefante y le dijeron que el elefante estaba amaestrado....pero si está amaestrado ¿porqué lo encadenan?, nadie le contestó ni le dieron una respuesta coherente, al cabo de unos años alguien podía contestarle a esa pregunta
EL ELEFANTE NO ESCAPA PORQUE HA ESTADO ATADO A UNA ESTACA DESDE QUE ERA MUY PEQUEÑO.
Cerró sus ojos y se imaginó al pequeño elefante intentando soltarse, y a pesar de su esfuerzo no pudo, se habría acostado agotado para volver a intentarlo el día siguiente, al otro y también al que seguía.....Hasta que un día el animal aceptó su impotencia y se resignó a su destino. Ese elefante enorme, que vivía en el circo, no escapaba porque creía-pobre-que NO PODÍA
El tiene su registro y recuerda su impotencia, de aquella impotencia que sintió poco después de nacer. Y lo peor se volvió a cuestionar seriamente ese registro. Jamás.....Jamás.....intentó poner a prueba su fuerza otra vez.
Todos somos un poco como ese elefante de circo, vamos por el mundo atados a cientos de estacas que nos restan libertad. Vivimos creyendo que un montón de cosas "no podemos", simplemente porque alguna vez, cuando éramos chiquitos, alguna vez, probamos y no pudimos....Hicimos lo que el elefante, grabarnos en nuestro recuerdo...NO PUEDO.....NO PUEDO Y NUNCA PODRÉ.
Como mucho, de vez en cuando sentimos los grilletes, hacemos sonar la cadenas o miramos de reojo la estaca y confirmamos el estigma!
"NO PUEDO Y NUNCA PODRÉ"
La única manera de saber, es intentarlo una y otra vez y poniendo en cada intento el corazón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario