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28 ene 2011

Cicatrices...


Había una vez un muchacho que tenía muy mal carácter.
Un día su padre le dio una bolsa de clavos y le dijo que cada vez que se notase agresivo debería clavar uno en la parte trasera de la cerca.
El primer día el muchacho clavo un total de treinta y siete.

En las siguientes semanas - de modo progresivo- fue controlando esos momentos de ira con lo cual el número de clavos iba disminuyendo gradualmente.
Descubrió que era más fácil controlar su temperamento que poner aquellos clavos en la cerca y finalmente llegó el día en que el muchacho consiguió controlar esos arrebatos de agresividad.
Muy satisfecho se acercó a su padre contándole que había conseguido aniquilar esa actitud. Él se alegró, y le propuso que en adelante por cada día que pasase sin violentarse o manifestar agresividad quitase un clavo. Al cabo de unas semanas el muchacho había quitado todos los clavos y de nuevo se dirigió a su padre para informarle.
Él tomó a su hijo de la mano y lo condujo a la cerca. Le dijo:
-"Lo has hecho bien, hijo, pero observa los huecos en la cerca. Nunca volverá a ser la misma.
Cuando dijiste cosas enojado dejaste cicatrices como éstas".

Ya la cerca nunca podrá ser la misma de antes…". Cuando dices o haces cosas con rabia, dejas una cicatriz como este agujero en la cerca… Es como clavarle una aguja a alguien, aunque lo vuelvas a sacar la herida ya quedó hecha… No importa cuantas veces pidas disculpas, la herida está ahí… Una herida física es igual que una herida verbal…

Las personas que te aprecian, son verdaderas joyas a quienes hay que valorar. Ellos te escuchan, comparten una palabra de aliento y siempre tienen su corazón abierto para recibirte… Demuéstrales cuanto los quieres!

Cada vez que perdemos la paciencia, dejamos cicatrices ... y no solo en los demás sino en nosotros mismos.
Puedes insultar
a alguien y luego retirar lo dicho, pero la cicatriz perdurara por siempre
...
Aprendamos a ser pacientes que no siempre es fácil
, pero en nuestras manos esta.

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